sábado, 30 de junio de 2007

MARCHA DE DARIO Y MAXI


Hace cinco años asesinaron a Darío Santillán de 21 años y Maximiliano Kostequi de 25 años en un reclamo en el Puente Pueyrredón.
Hoy son las 9 de mañana y el sol acompaña a nuevos y viejos piqueteros, organizaciones sociales y partidos políticos (MTD ANIBAL VERON, MTL , QUEBRACHO, CORREPI, MAS, AMIGOS ANÓNIMOS entre otras) que piden justicia... Habla la hermana de Darío exigiendo justicia, acusando al gobierno ya que hay funcionarios que tienen responsabilidad política y están trabajando en el Estado agrega: “Fuentealba también estaba protestando cuando lo mataron” la esposa del maestro envió unas palabras para ser leídas en el acto.
Las fuerzas que se encontraban: Gendarmería, Prefectura Naval, Policía Federal (personal de civil haciendo inteligencia) que hacen un cerco para no dejar pasar a las organizaciones. Recién a las 15:30hs habilitaron el puente para la realización del acto.
En la estación de tren Avellaneda donde asesinaron a Darío y Maxi diferentes artistas dejaron su visión a través del arte o algún poema, fotos.
El momento mas emotivo fue cuando la hermana de Darío se emocionó (ella se encontraba en el escenario) y no pudo seguir leyendo las palabras que había preparado.
La marcha concluyó a las 16:30 hs en total tranquilidad.
Solamente les dejo un poema que retrata lo que paso ese día, refleja la impunidad que en esos días y hoy funciona en nuestro país.


Martín Mesa

POEMA

Corría el sol de media tarde
sexto mes del 2002,
hay reclamos piqueteros
en el punte pueyrredón
Maximiliano y Darío
resisten la represión,
pero en un momento dado,
y no se porque razón,
Maximiliano Kostequi
se dirigió a la estación

Darío corre a buscarlo, pero tarde llegó
yace Maxi mal herido por la balas del batallón
Maxi, levantáte y vamos. Maxi no respondió,
como un jilguero de invierno, en sus brazos se durmió

Cuidado hermano Darío que te apunta el batallón
Dejáme ayudar a Maxi que siente frió y dolor
Andá juntáme la gente en el puente pueyrredón

Luego de un breve instante, un estruendo se escuchó,
Una impune balacera su espalda detonó
Gritos de horror y de muerte rompen el silencio
En el andén de la estación

Bajo el sol de Avellaneda, nuestra insignia se estrelló
En el suelo bendecido, por la sangre de los dos,
en suelo bendecido, por la sangre de los dos.
Allí quedaron sus cuerpos, pero su espíritu no
Hoy continúan la lucha en el puente pueyrredón.

Mabel Godoy