martes, 14 de octubre de 2008

ENTRE CERROS



Ayer me levanté tempranito, un rato después de que salga el sol. La mañana estaba linda, y como no tenía tareas, le dije a mamá si podía salir a jugar con las chicas. Ella me dijo que sí, pero que estuviera temprano para almorzar, porque volvía papá de trabajar en el campo y querían que comiéramos todos juntos. También me dijo que si lo veía a mi hermano por ahí le avisara lo mismo.Así que salí y corrí tres cuadras hasta la casa de las mellizas. Ellas ya estaban en la puerta esperándome. Nos abrazamos y charlamos un rato, de los papás, de los juegos, y de los chicos, claro, que si estaba de novia con el de la vuelta, que si ellas se iban el fin de semana al campo con los hijos del carpintero, que si esto, que lo otro, y todo eso.Estábamos a la sombra de su casa, pero después de un rato el calor empezó a molestar, y ya estábamos transpirando, así que dijimos de ir al río y pegarnos un chapuzón hasta la hora de comer. El río no quedaba muy lejos, menos de treinta cuadras, pero igual tardamos un rato porque el sol nos pegaba en la cabeza y teníamos miedo de marearnos. Así que caminamos lentito, y seguíamos charlando mucho, porque yo hacía unos días que no las veía a las mellizas y me tenían que contar un montón de cosas, y yo también les tenía que contar a ellas una novedad, porque en esos días que no nos habíamos visto yo salí muchas veces con Juan, que no es que estuviéramos de novios, pero nos gustaba salir y la pasábamos bien, pero la última de esas veces, y esto es lo que no le había contado a nadie, estábamos sentados en un banquito de piedra y yo le estaba diciendo que no me gustaba usar las trenzas largas porque los chicos me tiraban del pelo y me molestaban todo el tiempo, y cuando lo miré me di cuenta que me estaba mirando fijo, pero en realidad no me estaba mirando a mí porque me estaba mirando la boca, fijo, y yo no entendí muy bien y pensaba que por ahí se estaba sintiendo mal porque como que no se podía quedar muy derecho y se inclinaba para adelante y estaba muy pálido, y le iba a preguntar si se sentía mal pero de repente se tiró para adelante y me besó fuerte. Y yo quise enojarme o algo y pensé que lo iba a empujar y salir corriendo pero tampoco sé muy bien qué pasó porque al final lo terminé besando más fuerte todavía, y así estuvimos un rato bastante largo, hasta que cuando terminamos Juan estaba medio colorado y yo muy apurada, que me fui diciéndole que otro día lo pasaba a buscar, y llegué a mi casa riéndome de puro contenta. Y esto es lo que les estaba por contar a las mellizas, nada más que primero estaba juntando valor, y justo cuando abrí la boca para empezar apareció mi hermano por la esquina, con su barrita de amigos.En cuanto nos vio se vino corriendo, muy riéndose y haciéndose el canchero, con los amigos atrás. Yo sabía que a él le gustaba una de las mellizas, aunque no muy bien cuál, porque él no me contaba y como las mellizas andan siempre juntas, yo no sabía a cuál era que andaba siguiendo todo el tiempo. Así que vinieron y nos estuvieron haciendo chistes, y corriendo alrededor nuestro, y menos mal que yo no llevaba las trenzas porque los bobos de los amigos ya me las estaban buscando para molestarme. Ahí me acordé de lo que me había dicho mamá, y le avisé a mi hermano que se fuera temprano para casa así almorzábamos todos juntos. Entonces mi hermano los apuró a los otros y nos dejaron en paz, porque se querían ir a buscar no sé qué bicho que habían visto cerca de la casa de uno. Así que nos quedamos caminando solas, pero a esa altura yo ya me había olvidado que les iba a contar lo de Juan, así que me quedé callada. Y en un momento se acabaron las casas y empezó el parque, lleno de pastos y árboles y arbustos, que seguía un rato más antes de llegar al río. A veces nos quedábamos ahí, abajo de algún árbol charlando y buscando pajaritos, pero como hacía mucho calor esta vez fuimos derecho para el río, porque ya estábamos todas transpiradas y nos queríamos bañar.Llegamos corriendo y nos tiramos las tres al agua al mismo tiempo, agarrándonos de las rodillas para hacernos bola y salpicar más. El agua estaba buenísima, y el calor y la transpiración se nos fueron en seguida. Pero igual nos quedamos un buen rato, jugando, salpicándonos, o viendo quién aguantaba más la respiración abajo del agua. Cuando nos dimos cuenta que ya teníamos todos los dedos de las manos y los pies como pasas de uva, y nos empezaba a entrar un fresco, salimos. Volvimos hasta el parque, y ahí sí nos quedamos un rato, pero no abajo de un árbol, porque queríamos tomar sol para secarnos. Mientras seguimos charlando, y las mellizas empezaron a hablar de nuevo de los hijos del carpintero, cómo las pasaban a buscar para ir pasear y siempre les traían algún regalo, y entonces me acordé que yo les iba a contar lo de Juan, así que mientras ellas me seguían hablando yo empecé de nuevo a juntar valor, porque aunque estaba muy contenta al mismo tiempo tenía mucha vergüenza de decir lo que había pasado, no sé por qué, pero igual se los quería contar porque las cosas lindas se vuelven más lindas cuando se las contás a tus amigas. Al final me terminaron contando que tenían pensado darles ellas una sorpresa, cuando fueran a pasar esos días al campo, pero no me quisieron decir cuál iba a ser la sorpresa, que me iban a contar después, a la vuelta. Nos quedamos calladas, y cuando abrí la boca para contar lo de Juan, se sintió lejos, pero muy fuerte, una explosión. Las tres nos miramos, asustadas, y nos dimos cuenta que no lo habíamos imaginado, y en seguida sonó una explosión más, igual de fuerte, y otra, pero esta mucho más cerca, y entonces ya nos habíamos parado y estábamos asustadísimas. Las tres sabíamos lo mismo, pero a mí me daba miedo pensarlo. Hacía muchos meses que había aparecido el ejército invasor, y aunque las peleas fueron pocas y nuestro ejército resistía, fueron muy duras y terribles. Pasaba un tiempo entre pelea y pelea, y hacía mucho que no volvían y estábamos más tranquilos, pero ahora era la primera vez que llegaban los ruidos tan cerca, casi como si hubieran llegado a las casas.Pegamos un salto cuando escuchamos un alboroto atrás nuestro, del bosquecito que había del otro lado del río, y ahí nomás salimos corriendo para las casas. Corrimos hasta llegar a los árboles donde empezaba el parque, y vimos que venían soldados, de ellos, espantosos, con esos uniformes de metal y esas armas raras y terribles que tantos desastres habían hecho. Nos separamos. Yo corrí hasta un arbusto grande y me metí adentro. Desde ahí miraba. Los soldados buscaban, con cara de perro; habían escuchado algo. Caminaron, uno pasó muy cerca de donde yo estaba, y tuve miedo de llorar o hacer algún ruido y que me viera. Pero no me vio. Siguieron caminando para el río, y yo estaba a punto de salir corriendo para el otro lado, pero de repente escuché un grito fuertísimo y cuando volví a mirar... ¡vi que los soldados habían encontrado a las gemelas! Se habían escondido juntas en un arbusto muy chico, y cuando pasaron las descubrieron en seguida. Los soldados se empezaron a reír a carcajadas y a hablar a los gritos en su idioma raro, mientras una de las gemelas gritaba y trataba de morderlos. No entendí nada, pero no estaban diciendo cosas lindas. Tuve mucho miedo por mis amigas, y ya estaba llorando cuando se escuchó ese ruido horrible, y la que gritaba y mordía se cayó como una piedra sobre el pasto. Cuando a la otra le pegaron en la cabeza y le empezaron a arrancar la ropa, me fui corriendo.Lloraba por mis amigas, y porque tenía miedo, y porque no sabía para dónde ir. Cuando llegué a las primeras casas, ya se escuchaban los gritos por todos lados, y veía unas nubes de humo enormes subiendo más adelante. Corrí más fuerte, y tenía ganas de gritar y mucha bronca. Por atrás de una casa salieron unos soldados de ellos y me vieron. Gritaron algo, uno me corrió y llegó a agarrarme del pelo. Me tiró muy fuerte, me dolió muchísimo. Caí al suelo y el soldado se tiró encima mío, y entonces le mordí la nariz hasta hacerlo sangrar y le pegué una patada ahí donde más le duele. Me arrastré hasta salir de abajo suyo y me fui para adentro de la casa. Los otros soldados me seguían. Pude salir por el costado y meterme por otras casas hasta que los perdí. Entonces llegué a una habitación donde había dos personas en el suelo, un hombre y una mujer. Cuando me acerqué me di cuenta que estaban acostados arriba de un charco de sangre. Abrí la boca para gritar y una mano por atrás me la tapó. Empecé a dar golpes con los codos y a llorar, pero entonces escuché la voz de mi hermano que me decía que no grite, que nos iban a escuchar los soldados afuera. Me di vuelta, lo miré, él estaba todo sucio, tenía un ojo hinchado y sangre en la cara, y lo abracé llorando.Salimos arrastrándonos por el suelo, sin hacer ruido. Me di cuenta de que mi hermano estaba muy lastimado porque se arrastraba con una pata en el aire y poniendo unas muecas horribles. Llegamos a escondernos atrás de un árbol grande justo cuando un grupo de soldados pasaba por la calle, arrastrando a don Gregorio, abuelo de Lucas y Martín, que había sido artesano hasta que sus manos se pusieron muy viejas. Ahora tenía las manos atadas a las espalda por una soga de la que tiraban, y los brazos doblados por atrás y por arriba de la cabeza y los hombros como salidos de lugar, y aullaba más fuerte que lo que yo nunca había escuchado. Mi hermano estaba furioso y por un momento tuve mucho miedo de que saliera de atrás del árbol y se fuera a pelear con esos soldados cerdos. Pero se quedó, y cuando ya no estaban más, nos levantamos y nos fuimos rápido para casa.No nos cruzamos a nadie más. Los gritos se seguían escuchando, y las explosiones, y el humo, pero por ahí no quedaba nadie. Llegamos a la puerta de nuestra casa y escuchamos voces adentro. Mi hermano entró corriendo y yo atrás.Ahí estaban, los soldados, los soldados cerdos. Mi papá estaba en el suelo, a un costado, con dos agüjeros enormes y rojos en el pecho y uno en un ojo que no estaba más. Mi mamá estaba en otro rincón, desnuda, boca abajo, con sangre en la espalda y en la cara. Había tres soldados encima de ella. Me quedé paralizada. Mi hermano gritó hasta quedarse ronco y corrió como pudo, con una pierna que se le doblaba para afuera, hasta donde estaban los soldados con mamá. Dos de ellos se levantaron, uno le pegó un golpe fuertísimo con la punta del arma y lo tiró al suelo. El otro salió. Volvió con una piedra enorme. La levantó por arriba de la cabeza, y la dejó caer sobre las rodillas de mi hermano. La volvió a levantar, y la tiró sobre su espalda. Después volvieron adonde estaba mamá con el otro soldado. Mi hermano tenía los ojos muy abiertos, miraba, y ya no gritaba. Cuando mamá dejó de gritar, se levantaron. El soldado de la piedra la volvió a levantar sobre mi hermano, y le aplastó la cabeza.Después me vieron y empezaron a caminar para donde yo estaba...
Hoy nos levantaron cuando salió el sol. Hicimos una fila larga con todos los sobrevivientes, y empezamos a caminar. Nos dijeron que vamos a estar un buen rato caminando, que mejor juntemos fuerzas.

ESTAMPA DE LA EVANGELIZACIÓN DE LOS INDIOS KILMES LLEVADA A CABO POR LOS ESPAÑOLES, RELATADA POR LA PEQUEÑA ANA, DE DIEZ AÑOS, AL CURA PROTECTOR QUE LOS RECIBIÓ EN LA REDUCCIÓN DE LA SANTA CRUZ DE LOS INDIOS KILMES.

Este relato es una ficción. No fue una ficción la masacre llevada a cabo por los españoles sobre los pueblos originarios de América en general, y sobre los Quilmes en particular. Ni fue ficción su heróica resistencia, ni el exilio compulsivo de los sobrevivientes a la Reducción de la Santa Cruz de los Indios Kilmes (eufemismo con el que se nombraban los campos de concentración), lugar al que llegaron luego de una marcha forzada de 1200 kilómetros, desde Tucumán hasta la actual ciudad de Quilmes, adonde se los sometió a un lento extermenio a base de represión y miseria.


Juan Baio


AGENCIA DE COMUNICACION RODOLFO WALSH

martes, 7 de octubre de 2008

ESPECIAL CROMAÑÓN "La masacre como reflejo de un problema social"




(AW) Un análisis sobre lo que muestra una masacre de semejante alcance, un punto de vista de reflexión sobre el significado de Cromañón. Para interiorizarse un poquito más y solidarizarse con el caso.
Buenos Aires, 7 de octubre de 2008 (Agencia Walsh) Cromañón es resultado de un claro problema social, es la muestra de que no funcionamos como sociedad, que cada día nos importa menos el otro y el respeto por la vida y la solidaridad parece desvanecerse cada vez más en este mundo capitalista que nos fagocita.
Es real que le puede pasar a cualquiera, ya que todos formamos parte de un sistema que funciona a base de corrupción, de “mirar para otro lado”, que se nutre y fomenta de la ignorancia del pueblo y cae en la facilidad de naturalizar hechos que no lo son.
Ahora pensemos un poco, muchos utilizan la palabra tragedia, ¿esto es una tragedia?.
Una tragedia es algo que se desenvolvió de manera desdichada, desgraciada, sin que existan intenciones de que pase. ¿Qué pasa cuando existe conciencia de que hay factores que pueden llevar a una desgracia y sin embargo se continúa como si todo estuviese bien? Por eso hablamos de masacre, porque todos los factores estaban dados para que Cromañón fuese una trampa mortal con los días contados.
Empezando desde arriba podemos hablar de Ibarra, que hoy se encuentra sobreseído de la causa y no solo eso sino que además ejerce como diputado. Él que tenía a cargo la gobernación en el momento de la masacre y que no tenía absolutamente nada preparado para un acontecimiento semejante (por que claro ¿cómo nos iba a pasar a nosotros?).
No tuvo en cuenta las advertencias que se le hicieron de que una situación como la de Cromañón podía ocurrir en cualquier momento, no solo eso sino que además decidió desmantelar el cuerpo de inspectores y reemplazarlos por 30 agentes sin experiencia. Ninguno de los agentes acusado de corrupción fue sumariado o echado.
Es políticamente responsable por tomar decisiones en las que prioriza recaudar plata a costa de cualquier cosa.
Surge la pregunta de cómo se organizaban con los 30 agentes sin experiencia para verificar si los lugares cumplían con la habilitación, ante esto Ana María Fernández (ex Directora Adjunta de la DGFYC - Dirección General de Fiscalización y Control) respondió que los lugares se elegían al azar o si existía una denuncia previa y además declaro que Once no era un barrio que se encontrara en zona de peligro. Ni pensar en la existencia de un mapa de riesgo claro esta.
Cómplices de esta maquinaria perversa, por hacer o no hacer nada, están involucrados además de Fernández, Fabiana Fiszbin (Subsecretaria de Control Comunal de la Ciudad de Buenos Aires) y Gustavo Torres (Ex Director de la Dirección General de Fiscalización y Control).
Pero no fueron solo los funcionarios corruptos los que por su accionar dieron lugar a una masacre semejante sino también los policías que aceptaron las coimas para permitir que Cromañón siguiera funcionando, sin que existiera ninguna denuncia sobre las condiciones en las que desempeñaban las actividades en el lugar. Los policías imputados son Carlos Díaz (Ex subcomisario de la 7ma) y Miguel Ángel Belay (Ex Comisario de la 7ma) aunque no deberían ser los únicos.
La lista no termina, Chabán junto con Villarreal (mano derecha del susodicho) usufructuaban el lugar y disponían todo lo que se hacia o dejaba de hacer dentro del local. Estos Avalaban y hasta hoy día defienden las condiciones en las que se encontraba Cromañon, sin importar que fuera, como declaró uno de los peritos de bomberos, una cueva que funcionó igual a las cámaras de gases nazis.
Ambos cómplices de Levi, dueño de todo el complejo que incluía cromañón y el hotel aledaño, y del grupo Lagarto S.A, que figura como titular de la habilitación y que hoy parece ser un grupo fantasma, ninguno de ellos se encuentra imputado.
Ahora si, ya sea por ignorancia, por recaudar unos mangos más o por plena decisión de llevar a cabo un recital en esas condiciones, siendo concientes de que previamente habían llenado un estadio y que era moneda corriente en el ámbito del rock el uso de pirotecnia, a pedido del mismísimo personaje que los llevó a la gloria (Chabán) Callejeros decidió tocar en Cromañón, y por esa decisión deben hacerse responsables de lo que les toca.
Los imputados hoy son 15, pero deberían ser muchos más. Porque estos son los personajes mediáticos, pero no son los únicos.
Hoy se pone en juego un circo, donde cada uno se muestra como víctima y se llenan la boca de palabras pero no hablan de lo que tienen que hablar. Solo saben tirar manotones de ahogados para salvar su pellejo, sin importar nada las 194 vidas que se perdieron, ni contar las posteriores muertes post traumáticas.
Como dice Chabán es real que todo esto es una maquinaria perversa y circense, lo que no dice es que él es tan parte de eso como todos los demás. Él declara que la prensa lo puso donde está, y no es novedad que la prensa mediática muestre lo que le conviene, pero supo leer esto y usarlo ahora a su favor para mostrarse víctima y salir a hablar en todos los medios, en vez de hablar en el banquillo y llegar a la verdad, como él dice pretender.
Es hora de que tomemos conciencia de que estamos fallando como sociedad, que debemos cada uno reconocer los grados de responsabilidad, comenzando por los imputados, siguiendo por los que deberían estar también en el banquillo y continuando por nosotros mismos, por pensar qué hacemos nosotros para que no exista otro Cromañón.
Dejemos de defender lo indefendible, démosle la justicia que se merecen a los fallecidos y victimas y utilicemos las oportunidades que se nos dan para mejorar como sociedad. No alimentemos este sistema que permite que todo funcione de cualquier manera, tomemos conciencia, esto te puede pasar a vos también.

“Si no existe la memoria, todo lo nuestro es suicida”

Ayelen Stroker


http://ar.mc502.mail.yahoo.com/mc/compose?to=agenciawalsh@yahoo.com.ar - TE 156-172-4021 156.901.2725 (Movilero)
http://www.agenciawalsh.org/

lunes, 6 de octubre de 2008

PARO GENERAL "Con ternura venceremos"

A la Mesa Nacional de la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA)Compañeros y Compañeras:Como es ya de conocimiento público hemos sufrido 3 atentados de gravedad en las obras Pelota de Trapo y Juan XXIII de la orden Don Orione, y el viernes 3 de octubre una amenaza de muerte contra una de nuestras docentes que tiene un compromiso de amor con la pedagogía.Quizás haber denunciado que el hambre es un crimen, que los niños se nos mueren de hambre “acabaditos de nacer” por decenas cada amanecer, mientras los padres se refugian en la memoria y lloran por los días hermosos, cuando la vida era azul, despertó la bestia de los accionistas de los niños descalzos.Solicitamos a los compañeros fraternura con nuestros hijos “como el aire que exigimos tres veces por minuto” un paro de actividades y leer la convocatoria contra el Hambre en todos los lugares de trabajo. Como dice Celaya “Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos”.Con ternura venceremos.
Alberto Morlachetti Coordinador Nacional .

agenciapelota@pelotadetrapo.org.ar
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Teléfonos: (011) 4218-4502 / 4208-4341 / 4209-5109 / 15-5327-4170 / 15-3161-1754 / 15-5326-5838

GRACIAS ROSARIO Frase: “Podemos pensar, podemos hablar, debemos actuar”.

A las 9:30 tomamos el colectivo que nos lleva a la ciudad de Rosario. En el viaje vamos cortando las rifas y hablando sobre lo que nos vamos a encontrar. El día en Rosario es de pleno sol y nos tomamos un taxi, vamos al C.P.T. (Centro de Permanencia Transitoria) donde nos está esperando Claudia (directora), Claudia (Operadora) y Miguel (psicólogo), con unas pizzas: Jorgelina no come queso ja.... Y empezamos a discutir sobre el rol del Estado, la falta de políticas públicas, tratamos de pensar nuevas miradas acerca de la intervención con la gente en situación de calle. Otro de los temas de los cuales se habló fue la falta de protección que tiene el Estado con sus trabajadores y el rol de los sindicatos y de los diferentes proyectos que hay en Buenos Aires y Rosario, como comienzan de una manera y luego van perdiendo el sentido (y muchas de esas iniciativas se vuelven asistencialistas). Se habló también de la promoción de derechos y Claudia (operadora) manifestó “en ese momento no consumían”se refería a los chicos de una de las plaza de allí; esa frase nos enfrenta ante la dura realidad que estamos afrontando y que estamos bastante lejos de encontrar la solución. Grisel de Médicos del Mundo comenta que "es muy importante trabajar con cada historia donde aparecen sus sueños". Martín de Amigos Anónimos agrega que "los chicos nacen en la calle y la problemática que nosotros nos encontramos es muy difícil ya que ellos (los chicos) creen que su futuro no va a cambiar”. Es por esto que nacen diferentes movimientos donde ellos son los portadores de sus reclamos (Por ej: Movimiento Chicos del Pueblo).
En una de las habitaciones del C.P.T se encuentran los dibujos de los chicos y uno de ellos escribió una frase que dice “Podemos pensar, podemos hablar, debemos actuar”.
Son las 17:00hs. No hay intermedio y cada uno de ellos quiere decir algo y aprovechar el viaje, se habla de la situación en Rosario y de Buenos Aires, de Latinoamérica y a nivel mundial.
La mesa que ocupan está en el centro de la casa donde está Grisel (Médicos del mundo) Horacio y Jorgelina (ONG Proyecto 7) la directora del C.P.T. Claudia, Claudia (Opedora del C.P.T.) y Miguel (Psicólogo C.P.T)
En Rosario hay una guardia urbana que actúa como policía civil (y de lo grave que es esto ya que es peor que la policía, es la conclusión) y en Buenos Aires pasa lo mismo, cuando estamos hablando de este punto como una casualidad de la vida, irrumpe un policía diciendo que tiene a dos menores y que dicen ser parte del centro.
La directora recibe a los menores y ellos cuentan que los detuvieron por no llevar DNI y que estuvieron en una celda desde las 10:00 de la mañana (sin comer) y que cuando llegó el comisario reto a su personal por los menores. Quedaba claro que se repetía la situación de Capital Federal, que la detención era por su clase social o color de piel o el aspecto que tenían. Cuentan que tienen mucha hambre ya que desde la mañana no probaban ni un bocado. Nos sacamos una foto y uno de ellos después de leer el cartel “CON MIRAS A UN MOVIMENTO NACIONAL” lo levantó alto para la foto.
Luego nos fuimos a la universidad y atravesamos la peatonal donde se ven las claras diferencias de uno y otro mundo. Ya en la facultad pusimos la bandera y de nuevo alguien preguntó sobre el cartel:
- ¿Qué es el Movimiento Nacional?
-Después de la película debatimos-, fue la respuesta.
Después de la proyección de Mutantes Urbanos hubo un profundo silencio y se abre el debate, se hace una ronda y recién se aplaude y debate.
Nuevamente los actores hablan del rol del Estado, de cómo se desentiende de la problemáticas, Santo habla de cómo su pueblo aborigen (Tobas, Mocovíes) es discriminado y como lo echaron de una de las plazas (él dice que fue como la peor época de la dictadura)
Un integrante de Sol de Noche comenta que el municipio quiso darles un subsidio para el alquiler pero les pedía a cambio decidir quien entraba al parador (Sol de Noche es un refugio mixto para 30 personas)
La poca importancia que tiene “los nadies los hijos de nada”como dice Galeano en la sociedad y que solo no se puede. Esto tiene que ver con crear un espacio de encuentro nacional donde se junten la multiplicidad de voces y organizaciones para el debate de ideas y llevar adelante diferentes reclamos y denuncias y exigir derechos negados.
A las 22:00hs nos vamos al refugio “Sol de Noche” donde nos están esperando con zapallitos rellenos con arroz, el lugar es súper cálido y nuevamente nos encontramos intercambiando, difundiendo y descubriendo con diferentes actores que duermen en el refugio.
Reflexión: Me queda la ilusión que si queremos todo puede ser distinto eso es lo que busca un integrante de Sol de Noche que cuenta la historia de Pocho Leprati dice:” cuando él estaba, nos unió a todos” y pienso que es el gran desafió del Movimiento Nacional.
Ya de regreso nos juntamos para hacer una última evaluación del viaje y así prepar el próximo viaje hacia Entre Ríos.

Martín “La re militamos”