Casi como un golpe de suerte y junto al viento, mi llegada al Sur fue recibida con una buena bofetada independiente y cultural.
Sin tiempo de acomodarme y siguiendo los pasos de un niño prodigio de la cultura en “Las Heras” fui sorprendido al igual que ellos (y no lo dudo) por un grupo de pibes Jujeños que mezclados entre coplas y frescura me hicieron ver y escuchar con placer perplejo un buena seguidilla de su cancionero popular...
Este choque ingenioso entre la musiquilla norteña y la sorpresa austral me hiso entender que no había visto nada hasta hoy, que la buena gente se esfuerza de sobremanera para mantener vivo y con aire los recuerdos que dejo al venirse.
Me he aguantado con ganas 30 horas de viaje desde un lugar del cual no me quejo pero que pecaba de frívolo, hoy todavía sin ubicarme ni en las calles, me siento satisfecho, como seguramente lo estarán este gran grupo de niños cantores que al igual que los arboles debieron acostumbrarse a este cálido viento sureño..
El principio es... la mitad de todo!
Emiliano Pelu Favatier.
Sin tiempo de acomodarme y siguiendo los pasos de un niño prodigio de la cultura en “Las Heras” fui sorprendido al igual que ellos (y no lo dudo) por un grupo de pibes Jujeños que mezclados entre coplas y frescura me hicieron ver y escuchar con placer perplejo un buena seguidilla de su cancionero popular...
Este choque ingenioso entre la musiquilla norteña y la sorpresa austral me hiso entender que no había visto nada hasta hoy, que la buena gente se esfuerza de sobremanera para mantener vivo y con aire los recuerdos que dejo al venirse.
Me he aguantado con ganas 30 horas de viaje desde un lugar del cual no me quejo pero que pecaba de frívolo, hoy todavía sin ubicarme ni en las calles, me siento satisfecho, como seguramente lo estarán este gran grupo de niños cantores que al igual que los arboles debieron acostumbrarse a este cálido viento sureño..
El principio es... la mitad de todo!
Emiliano Pelu Favatier.
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